Sigur Rós ha visitado el territorio español recientemente. Fue el pasado sábado día 16 en Barcelona, donde asistí al directo.
La banda islandesa lanzó su primer disco en 1997 (Von), y en seguida logró alcanzar la fama. La delicadeza de sus melódicas canciones, el sentimiento y la nostalgia son algunos de los ingredientes.
La ciudad catalana les dio la bienvenida en el Palau Sant Jordi, un recinto con un aforo de hasta 17.000 personas. Un lugar enorme para un grupo que no merece menos. Puntuales y entregados con el público, el concierto empezó a las 21:30 tal y como era previsto. Puedo decir que tocaron, para mí, sus mejores canciones: Saeglopur, Valtari, Staralfur, Fljótavik - estremecedora y cálida -, Olsen Olsen, y Hopípolla y Glósoli, ambas unidas por pequeños acordes creando una pieza única y memorable. Así pues, fueron temas muy acertados y unos visuales espectaculares donde música y sensación iban de la mano en todo momento. Consiguieron dejarnos a todos fascinados, y que saliéramos de allí con la impresión de estar, literalmente, flotando.
Un concierto que sin duda dejará huella como uno de los mejores grupos que han pasado por la capital en los últimos tiempos. Y que así sea para otra vez.
Redacción: Helena Moreno Mata
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